“Linda fue mi primera profesora de letón. Antes de ella había intentado estudiarlo por mi cuenta sin demasiado éxito. Podía saludar, pedir algo en una tienda o en una cafetería, reconocer palabras y frases sueltas... No era mucho, la verdad. Linda me ayudó a comprender la estructura de una lengua tan distinta a la mía, me enseñó a usarla, me introdujo en sus dificultades y me las hizo fáciles. Todavía recuerdo los problemas que yo tenía con las horas y cuánto ella insistió hasta que comprendí cómo usarlas. Han pasado los años y mi conocimiento del letón ha mejorado considerablemente, pero creo que no hubiera logrado llegar a donde he llegado sin aquellas primeras clases. Linda, no quiero exagerar, es la mejor profesora privada que he tenido. Apasionada por su trabajo, entregada, generosa y, por si todo eso no fuera suficiente, una gran persona. Estoy seguro de que cualquiera que desee estudiar letón o español con ella (y doy fe de que su español es magnífico; no en vano fui profesor suyo en la universidad) habrá encontrado la mejor profesora que podría desear.”

/Miguel Ángel Pérez Sánchez/